Grecia vivió ayer otra jornada convulsa de protestas estudiantiles y paros del funcionariado. La filtración del informe de balística, que califica de accidente la muerte de un joven de 16 años por el disparo de un policía, no calmó los ánimos de la sociedad.

El informe de balística asegura que el proyectil que mató a Alexi Grigorópulos rebotó contra una superficie dura a 40 o 50 centímetros del suelo antes de impactar contra el cuerpo del joven.

La concentración más masiva reunió a 7.000 personas en Atenas contra las reformas en educación y pensiones. Los enfrentamientos con la policía y el destrozo de mobiliario urbano volvieron a repetirse. Los paros parciales de los funcionarios civiles tuvieron repercusiones en el tráfico aéreo. Empleados bancarios y personal hospitalario y docente también pararon.