Desde antes de celebrarse, el matrimonio del príncipe de Gales fue una relación a tres. Camilla y Carlos se conocían desde que eran veinteañeros y llevan enamorados más de tres decenios. En uno de sus primeros encuentros, al poco de conocerse en 1970, la joven Camilla Shand le recordó que su bisabuela Alice Keppel había sido la amante de su antepasado, el príncipe de Gales, que se convertiría en el rey Eduardo VII.

"¿Qué te parece?", le soltó la rubia, con un descaro que sedujo al tímido príncipe. La relación entre ambos se interrumpió cuando Carlos se incorporó a la Royal Navy. No hubo oferta de matrimonio y Camilla no le esperó. Poco después se casaba con el oficial de caballería Andrew Parker Bowles. Su nueva condición de ama de casa y la llegada de dos hijos no le impidió seguir manteniendo una estrecha amistad con Carlos.

Las mismas aficiones

A ambos les unían las mismas aficiones por los caballos, la caza y el campo. Ella era su paño de lágrimas en los momentos difíciles y la fuente de placer en los ratos estupendos. Los años pasaron y la propia Camilla ayudó a Carlos a buscar una esposa adecuada.

Diana Spencer, una niña bien con un limitado interés intelectual, parecía dócil, tímida y virginal. Había trabajado en una guardería y tenía la cabeza llena de ideas románticas. Carlos le hizo la corte lo imprescindible y le propuso matrimonio en el propio huerto de Camilla.

La boda, en julio de 1981, un trámite para asegurar la línea sucesoria al trono, según los cínicos, estuvo acompañada de las más pomposas fanfarrias imaginables y se vendió al mundo como una empalagosa historia de amor. Más tarde, Diana admitiría que entonces, cuando se acercaba al altar del brazo de su padre, ya sabía que la relación entre los amantes seguía.

Las citas clandestinas de la pareja fueron deteriorando la relación de los príncipes de Gales. Cuando la prensa publicó la transcripción de una conversación telefónica de carácter íntimo y chocante, en la que Carlos anhelaba ser un tampax , el escándalo era imparable. Anorexia, intentos de suicido, confesiones a la prensa y una entrevista en televisión, en la que Diana habló de un "matrimonio a tres", hicieron el resto.

Separación y divorcio

En 1994, la pareja real se separó y Carlos confesó en televisión su adulterio. De la noche a la mañana Camilla se convirtió en la mujer más odiada del país y su matrimonio con Andrew Parker Bowles terminó en divorcio. En 1996 eran los príncipes de Gales quienes se divorciaban. Libres de compromisos, Camilla fue tomando posesión de Highgrove, la casa de campo del príncipe. Las apariciones de ambos comenzaron a ser más frecuentes. Parecía que lo peor había pasado, pero el accidente mortal de Diana, en 1997, y la inesperada reacción de dolor de los británicos obligó a los amantes a una nueva retirada.

En 1999, a las puertas del hotel Ritz de Londres, Camilla y Carlos fueron fotografiados por primera vez juntos. Después vendría el primer beso en la mejilla en público, las galas benéficas compartidas y, al fin, la presencia de la proscrita en las celebraciones del jubileo de Isabel II. La pareja instaló su domicilio común en Clarence House.

Anoche, en su presentación, Camilla dijo sentirse como "si acabase de regresar a la tierra", y reveló que el príncipe se le declaró "de rodillas". Después de tantos sinsabores, para ellos comienza una nueva era.