Barba de dos días, armado con un fusil de dotación AHK y ocupando un asiento en uno de los vehículos Lince enviados desde España. El capitán Gallego, natural de Ronda (Málaga), al mando del subgrupo táctico Apoel (Apoyo a las Elecciones) con base en Herat (Afganistán), ultima estos días la labor previa de reconocimiento del terreno ante su trascendental misión del jueves.

Al mando de 200 de los 450 soldados de refuerzo enviados por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero para apuntalar la seguridad de las elecciones presidenciales y provinciales afganas, sobre su unidad --en estado de máxima alerta ante la ola sin precedentes de atentados talibanes desde principios del verano-- recaerá la complicada tarea de infundir confianza a los ciudadanos en la que se prevé tensa jornada electoral.

"La insurgencia sabe que puede hacer bastante daño", reconoce Gallego. Pero los españoles intentarán permanecer en un discreto segundo plano, con un protocolo de reglas de enfrentamiento muy estrictas ante cualquier incidente, e intentando ceder el protagonismo a las fuerzas locales, tanto al Ejército como a la policía. "Estaremos fuera del primer anillo de seguridad, es decir, no vigilaremos el interior de los colegios electorales y permaneceremos en un segundo anillo", explica el capitán.

´AFGANIZAR´ EL CONFLICTO Se pretende dar la impresión a los votantes de que son las tropas de su propio país las encargadas de velar por la seguridad de los comicios, fieles a la consigna de afganizar en lo posible el conflicto y evitar dar la imagen de tropas de ocupación en un momento tan trascendental como el de elegir al jefe del Estado.

Los 200 hombres del capitán Gallego, de la Brigada de Infantería Ligera Canarias XVI (Brilcan), ni siquiera saben si regresarán a España una vez acabado el proceso electoral, que, en caso de que ningún candidato obtenga la mayoría de los votos, irá a una segunda vuelta en seis semanas. "No se puede descartar que acaben quedándose aquí definitivamente tras las elecciones", dijo el portavoz español en la Base de Apoyo Avanzado de Herat, el comandante Ribera. Cooperantes españoles en la provincia de Badghis se han quejado de la falta de efectivos militares para proteger sus proyectos de reconstrucción sobre el terreno.

Durante el verano, un contingente militar inicial de unos 780 españoles ha pasado a tener más de 1.200, por los refuerzos de España para los comicios. De ellos, 200 han sido desplegados en Herat y 250, en Qala-i-Now, capital de Badghis, cuyo Equipo de Reconstrucción Provincial (PRT) está regentado por España.