La casi totalidad de las 50 Organizaciones No Gubernamentales (ONG) todavía presentes en Irak han empezado a marcharse del país o se irán en los próximos días, como consecuencia del secuestro de Simona Torretta y Simona Pari, dos voluntarias de la organización italiana Un Puente para Bagdad y de dos de sus colaboradores iraquís. Así lo informó ayer Jean Dominique Bunel, coordinador de las ONG en Bagdad, al tiempo que las organizaciones humanitarias italianas ratificaron la decisión, en una reunión celebrada en Roma.

El secuestro de las dos jóvenes de 29 años se lo atribuyó ayer a través de un portal islámico de internet el grupo llamado Ansar al Zauahiri (Seguidores de Al Zauahiri, número dos de Al Qaeda). Pero el Gabinete de crisis del Gobierno italiano no dio mucha credibilidad a este anuncio.

UNIDAD NACIONAL En la mañana de ayer y por primera vez desde que fueran secuestrados ciudadanos italianos en Irak, el pasado abril, el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, reunió a los dirigentes de todos los partidos de la oposición parlamentaria para afrontar el nuevo secuestro desde la unidad nacional. La iniciativa fue acogida con satisfacción por los opositores, aunque algunos volvieron a criticar la guerra en Irak.

Mientas, las ONG italianas llevaron a cabo una intensa labor para implicar a todos los protagonistas que puedan colaborar en la liberación de las rehenes. En este sentido, los niños asistidos por la ONG Puente para Bagdad, junto con sus madres, se manifestarán hoy en la capital.

El imán de una importante mezquita de Milán, Abdu Imad, calificó de "inaceptable" el secuestro. Dos ONG islámicas firmaron desde Ginebra el siguiente comunicado: "Anunciamos a los secuestradores y al mundo entero que Simona Torretta y Simona Pari forman parte de las raras personas que han ayudado a los habitantes de Faluya. Os pedimos que las liberéis".

El portavoz de la Liga Arabe, Osma Kaki, calificó el secuestro de "inmoral e inaceptable". Se unieron también a las reacciones de condena todos los líderes sindicales de Italia y el Vaticano, que consideró el secuestro como "un trágico salto cualitativo en la estrategia del terror que golpea a las mujeres de paz".

LA SUERTE DE PERIODISTAS En París, entretanto, el Gobierno dijo mostrarse "confiado y prudente" en relación al secuestro de los periodistas franceses Christian Chesnot y Georges Malbrunot, horas antes de que venciera un nuevo ultimátum lanzado por los supuestos secuestradores. El Ejército islámico de Irak, que se atribuyó inicialmente el secuestro, negó ayer haber pedido ningún rescate y descalificó a los autores del nuevo ultimátum. También aseguró que tomará en breve una decisión sobre la suerte de los reporteros.