El mapa electoral que dio la victoria a Bush es el que John McCain sufre para conservar, con Obama gozando de ventajas de mayor o menor cuantía en los sondeos en un mínimo de nueve estados que votaron republicano en el 2004 y siendo muy competitivo en hasta otros cinco. Esto le da a Obama combinaciones para ganar las elecciones.

Por eso, McCain ha lanzado una ofensiva final de 72 horas en las que visitará estos estados y sus voluntarios tratarán de movilizar a su favor a los votantes --sobre todo a los más de 18 millones de indecisos-- mediante una campaña puerta a puerta y llamadas telefónicas.

Estas 72 horas de esfuerzo final son una marca de la casa, y fueron cruciales en las dos victorias de Bush. Este año, los demócratas no solo llegan al último fin de semana con ventaja en los sondeos, sino también en entusiasmo, como demuestran las cifras del voto anticipado. Aun así, la campaña de McCain ofrece un discurso optimista, minimizando la trascendencia de este voto por adelantado y advirtiendo de que se está gestando un vuelco histórico. Aun así, en privado admiten que sus sondeos hablan de una ventaja de Obama sobre McCain de cuatro puntos en intención de voto.

VENTAJA REDUCIDA El principal argumento republicano es que la ventaja de Obama en las encuestas nacionales y por estados se ha reducido. Es cierto, pero ninguna refleja que McCain vaya por delante. Según los republicanos, en el voto anticipado ha participado gente que ya pensaba votar, y las diferencias de participación se deben a que los demócratas han puesto mucho más énfasis en que se vote antes del martes. El último de sus argumentos es un acto de fe: durante las primarias, incluso cuando ganó Obama, casi siempre logró unos resultados peores de lo augurado.

Con estos argumentos para reforzarse pero, sobre todo, para reforzar a unos votantes que pueden percibir que las elecciones están perdidas, el esfuerzo final de los republicanos incluye maratones de actos --solo el lunes, último día de campaña, McCain y Palin visitarán 14 estados-- su mayor inversión de la campaña en televisión y la movilización de su maquinaria en la calle. Hasta el momento, fuentes de la campaña de McCain afirman que ya se han efectuado un 150% más de llamadas telefónicas de las que se hicieron a favor de Bush en el 2004.

Se trata de una estrategia defensiva en estados, como Virginia, Carolina del Norte o Florida, que hace unos meses se consideraban republicanos. "Todos los estados de Kerry son favorables en estos momentos para nosotros", dijo David Plouffe, director de la campaña de Obama.

RESARCIRSE EN PENSILVANIA De hecho, de estos estados azules en el 2004, McCain solo combate por Pensilvania, cuyos 21 votos electorales le resarcirían de otras pérdidas. Pero en ese estado las encuestas le dan cómodas ventajas a Obama, cuyo equipo ha sorprendido al invertir en propaganda en estados como Arizona, donde McCain es senador, y Dakota del Norte. Para los demócratas, esta decisión ejemplariza la fortaleza de Obama. Para los republicanos, una prueba de que los demócratas no están tan seguros de ellos mismos y por eso buscan ampliar el mapa electoral con estados de Bush.