Dmitri Medvédev, el triunfador de los comicios presidenciales del 2 de marzo, tomó ayer posesión como presidente de Rusia bajo la sombra de su predecesor y antiguo patrón Vladimir Putin, que mantendrá en sus manos los hilos del poder al convertirse en el primer ministro.

Poco después de recibir de las manos de Putin la insignia presidencial, el atributo simbólico del poder, en la pomposa ceremonia celebrada en la sala de San Andrés del palacio del Kremlin, Medvédev, el tercer presidente ruso, firmó su primer decreto como máximo dirigente del país. Propuso la candidatura de su predecesor al puesto del jefe del Ejecutivo. Se espera que la Duma (Cámara baja), dominada por el partido oficialista Rusia Unida, apruebe hoy a Putin en el cargo de primer ministro En el mismo momento en que Putin dejó la presidencia, se convirtió en el líder de Rusia Unida. Fue elegido presidente del partido del poder en su congreso celebrado el pasado mes de abril.

El nombramiento del expresidente como jefe del Gobierno se realizó con una precipitación que recuerda a los primeros pasos de Putin en el Kremlin, en 1999. Entonces, la primera cosa que hizo fue firmar un decreto que garantizaba inmunidad al expresidente Boris Yeltsin y a los miembros de su familia.

SIN CAMBIOS INMEDIATOS La mayor parte de los expertos rusos coinciden en que la llegada de Medvédev no promete cambios inmediatos en la política interior y exterior del Kremlin, marcada por el retroceso de las libertades y el auge de belicismo al estilo soviético. Con la dimisión de Putin, el centro neurálgico del poder se traslada ahora a la sede del Gobierno, conocida como la Casa Blanca.

El expresidente se lleva consigo a todo un abanico de dirigentes claves, conocido como el clan de San Petersburgo, que formaban su entorno durante sus ocho años en el Kremlin. Para colocar a los miembros de su círculo interno, Putin prevé aumentar de 5 a 11 el número de viceprimeros ministros.

"CIUDADANOS LIBRES" El nuevo presidente ruso resaltó en su discurso inaugural que los derechos y libertades de los ciudadanos "son el valor supremo" de la sociedad. "Considero mi tarea más importante continuar el desarrollo de las libertades cívicas, crear nuevas posibilidades, para que puedan enorgullecerse los ciudadanos, ciudadanos libres y responsables, tanto de su éxito personal como del florecimiento de todo el país", dijo el nuevo jefe del Kremlin.

La elección de Medvédev fue considerada por muchos como un ejemplo del alejamiento de Rusia de los valores democráticos. Desde que Putin le presentó como su sucesor político en diciembre pasado, el "heredero" tenía garantizada la victoria electoral gracias al amplio uso del aparato administrativo en la campaña. Además, las autoridades no permitieron presentarse a varios candidatos de oposición. Después de jurar el cargo sobre un ejemplar de la Carta Magna, Medvédev dirigió palabras de agradecimiento al expresidente. "Agradezco de corazón su invariable apoyo personal que he sentido permanentemente. Estoy convencido de que así será también en adelante", dijo. Según uno de los posibles escenarios, el tercer presidente ruso es una figura transitoria elegida por el entorno de Putin para guardarle el cargo hasta las próximas presidenciales. La Constitución rusa no permite más de dos mandatos consecutivos de cuatro años cada uno.