Los presidentes de Rusia, Dmitri Medvédev, y Estados Unidos, Barack Obama, firmarán la próxima semana en Londres, en vísperas de la cumbre del G20, una declaración conjunta sobre arsenales nucleares, anunció hoy el Kremlin.

Esa declaración debería servir de punto de partida "para el inicio de negociaciones sobre reducción de armamento", asunto aparcado por la anterior administración estadounidense, afirmó Serguéi Prijodko, asesor del Kremlin para Asuntos Internacionales.

"Las consultas bilaterales están en marcha. Puedo decir que la parte norteamericana está dispuesta a lograr resultados", agregó el funcionario, que apuntó que los textos de las declaraciones están casi acordadas, según las agencias rusas.

La declaración será emitida previsiblemente el 1 de abril tras lo que será el primer encuentro entre Medvédev y Obama desde que ambos asumieron las presidencias de sus respectivos países en mayo de 2008 y enero pasado, respectivamente.

El asesor del Kremlin aseguró que Moscú "intentará acordar (con EEUU) el calendario y los parámetros del trabajo sobre un nuevo acuerdo que sustituya al Tratado de Reducción de Armas Estratégicas (START-1)".

Rusia está dispuesta a suscribir antes de que termine el año un nuevo tratado de desarme que reemplace al START, suscrito cuando aún existía la URSS (1991) y que expira en diciembre próximo.

La primera ronda de conversaciones entre Estados Unidos y los países que heredaron el arsenal atómico de la URSS -Rusia, Bielorrusia, Kazajistán y Ucrania- terminó en noviembre pasado en Ginebra sin acuerdo.

Aunque tanto Moscú como Washington creen necesario firmar un nuevo acuerdo jurídicamente vinculante, aún no se han puesto de acuerdo sobre el régimen de limitación de los armamentos estratégicos.

Moscú quiere limitar no sólo las cabezas nucleares, sino también misiles balísticos intercontinentales, cohetes lanzados desde submarinos y bombarderos. Además, también sostiene que debe quedar excluida toda posibilidad de desplegar armas ofensivas estratégicas fuera de los territorios nacionales, con lo que el escudo antimisiles estadounidense no podría instalarse en Europa del Este. Según la prensa estadounidense y británica, Obama, para quien el desarme es una de sus prioridades en política exterior, junto Afganistán e Irak, propondrá próximamente a Rusia la reducción de 5.000 a 1.000 de las ojivas de las que dispone cada potencia.

En lo que se refiere al escudo, Medvédev expresará a Obama la "preocupación" de Moscú sobre los planes norteamericanos de desplegar elementos de su escudo en la República Checa y Polonia, proyecto que el Kremlin considera una "amenaza directa".

"Este asunto no está, ni mucho menos, cerrado y los intentos de hallar una salida para una alternativa aún no han sido agotados", apuntó Prijodko, que alabó la falta de "rémoras ideológicas" en el discurso de Obama.

Al respecto, Medvédev insistirá en la propuesta de crear un sistema conjunto de alerta de misiles, en el que también participaría la OTAN, para aplacar los temores sobre posibles ataques por parte de regímenes denostados por Washington como Irán o Corea del Norte.

Rusia ha advertido que desplegará cohetes tácticos Iskander en el enclave báltico ruso de Kaliningrado si EEUU no renuncia al emplazamiento del escudo en el continente. En Londres ambos líderes abordarán la cooperación en materia de no proliferación nuclear con el fin de prevenir que armas de destrucción masiva caigan en manos de actores no gubernamentales, en particular, grupos terroristas, apuntó Prijodko.

También hablarán sobre las crisis nucleares de Corea del Norte e Irán, una vez que Obama se ha mostrado dispuesto a entablar contactos directos con Teherán y que Moscú ha instado a Washington a restablecer relaciones con el régimen islámico al considerar que sería un factor estabilizador para la región de Oriente Medio.

En cuanto a Afganistán, Moscú está dispuesto a cooperar con la coalición aliada que combate a los talibanes y Al Qaeda en materia de tránsito, asistencia económica y adiestramiento de los cuerpos de seguridad locales, aunque sólo si se pone sobre la mesa una estrategia multilateral de estabilización de ese país.

Medvédev aprovechará el encuentro con Obama para insistir en su iniciativa de firmar un nuevo acuerdo de seguridad europea que responda a los intereses de Rusia, puesto que el líder ruso considera que el "Euroatlantismo" ha perdido su vigencia.

El presidente estadounidense, que podría visitar Rusia durante los próximos meses, según adelantó recientemente en Moscú el ex secretario de Estado norteamericano Henry Kissinger, ha asegurado que está dispuesto a abrir una nueva página en las relaciones con Moscú, pero sin renunciar a la expansión de la OTAN al Este de Europa.