El cónclave laborista pilla a Blair, el amigo de Bush, Aznar y Berlusconi, en horas bajas. Su silencio sobre el secuestro de Kenneth Bigley planea sobre la conferencia donde se ha colado una moción de quienes se oponen a la guerra de Irak. La mayoría de británicos le da muy mala nota, lo que no quiere decir que prefieran a los conservadores. A medida que el encanto de Blair se desvanece, la imagen de Gordon Brown gana en profundidad. Ayer pronunció su mejor discurso, dicen. ¿Las elecciones? En el año 2005.

* Periodista.