Si el actual presidente estadounidense, Donald Trump, hubiera sido elegido presidente en al década de los 90, sus leyes antiinmigración hubieran supuesto la deportación de su esposa, y primera dama, Melania Trum, nacida en la antigua Yugoslavia y actual Eslovenia.

Según ha asegurado la agencia Associated Press, Melania trabajó como modelo en territorio estadounidense con un visado de turista en 1996, algo que supone una violación de las políticas de trabajo e inmigración. Con las nuevas leyes aplicadas por el presidente estadounidense, aquellos que rompen las normas de inmigración pasan a tener un estatus de "deportación prioritaria".

TARJETA VERDE

Antes de que la primera dama pidiera la tarjeta verde en el 200, una acreditación residencial estadounidense, llegó a embolsarse cerca de 19.000 euros (20.000 dólares) en siete semanas sin ningún permiso válido de trabajo. Según 'The Independent' tras pedir la acreditación, fue reconocida como ciudadana estadounidense en el 2006 sin hacer ninguna mención acerca de sus acciones ilegales pasadas con respecto al visado.

Bajo las nuevas normas implantadas por Trump, los funcionarios de inmigración tienen la obligación de priorizar la deportación de cualquier persona extranjera que haya participado en algún "fraude o mentira en relación a cualquier asunto oficial de aplicación gubernamental".

Según varios abogados, Melania incumplió esta norma al trabajar violando las condiciones de su visado y al no reconocer sus ilegalidades al pedir el permiso de residencia en el 2001, lo que le hubiera costado la deportación si la ley aprobada el pasado enero por su marido hubiera funcionado varias décadas antes.