Dos suicidas volvieron a provocar una carnicería en Irak. Al menos 20 miembros de las fuerzas de seguridad iraquís murieron ayer en sendas explosiones con coches bomba en las localidades de Baghdadi y Ishaki, al oeste y norte de Bagdad respectivamente. El blanco del primer atentado, el más mortífero, fue una comisaría, situada muy cerca de una base militar norteamericana. El segundo afectó de pleno a un control policial de carretera. En otros atentados en diferentes partes del país, otras cuatro personas murieron y nueve resultaron heridas, entre ellas seis soldados de EEUU. El Ejército estadounidense, por su lado, detuvo en Faluya a uno de los lugartenientes de Abú Musab al Zarqaui, jefe de Al Qaeda en Irak y del grupo Monoteísmo y Guerra Santa.

CURSO DE FORMACION El primer coche bomba estalló alrededor de las siete de la mañana, hora iraquí. El kamikaze se precipitó contra la puerta principal de la comisaría, donde en ese momento un buen número de uniformados se preparaban para asistir a un curso de formación. La explosión mató a 16 policías. Fuentes sanitarias cifraron en cerca de 50 los heridos. Muy cerca de la comisaría se encuentra el campo militar estadounidense Al Asad de Baghdadi, localidad cercana a Ramadi, a unos 200 kilómetros de la capital iraquí.

El otro suicida hizo estallar su vehículo cargado de explosivos en un control de la Guardia Nacional en Ishaki, al sur de Samarra, a 100 kilómetros de Bagdad. El balance fue de cuatro policías muertos y seis heridos.

Pocas horas antes, fuerzas estadounidenses habían detenido en la ciudad rebelde de Faluya a Abdel-Jamid Fiyadh, que está considerado uno de los lugartenientes del jordano Zarqaui. Fiyadh fue arrestado en su domicilio junto a cinco personas más, dos de ellas sus hijos.