Por lo menos 26 personas murieron, entre ellas varios niños, y otras 163 resultaron heridas, tras la explosión de un coche-bomba, el viernes por la noche, en un lujoso club del norte de Bogotá. Veinticuatro horas después del atentado, ninguno de los grupos armados que operan en Colombia había reivindicado la acción, aunque los investigadores ya trabajan sobre la hipótesis de que fue obra de las denominadas milicias urbanas de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia), la guerrilla más numerosa, mejor armada y más violenta de este país.

"No hay duda de la responsabilidad de las FARC", declaró pocas horas después del atentado el director del Grupo Antiterrorismo de la Fiscalía General, Germán Camacho.

El club El Nogal, ubicado en el exclusivo barrio de Los Rosales, ha sido, desde su apertura en 1995, el centro de reunión de las élites política y financiera de la capital colombiana, y en el momento de la explosión había por lo menos 600 personas en los 13 pisos de sus instalaciones.

El coche-bomba estalló pasadas las 20.00 horas en el tercer nivel del estacionamiento del club. La explosión produjo un gigantesco incendio que los bomberos sólo pudieron controlar dos horas más tarde. Los primeros cálculos apuntan a que se utilizaron entre 150 y 200 kilos de explosivos. Entre los heridos se contaron cerca de 10 españoles, aunque ninguno de ellos sufrió lesiones de importancia.