Las inundaciones que asolan el estado de Queensland, en Australia, y que el lunes alcanzaron la ciudad de Brisbane, la tercera del país, han causado nueve muertos y 66 desaparecidos en las últimas 24 horas, según ha anunciado la primera ministra del estado, Anna Bligh. "El balance es de 9 muertos, pero la policía estima que la cifra final podría doblarse", ha advertido Bligh. Desde el pasado noviembre, las inundaciones han causado ya 20 muertos. Tres cuartas partes de Queensland han sido declaradas zonas catastróficas y hay 200.000 damnificados.

"Estas inundaciones se desarrollan y cambian a un ritmo que asusta. Estamos viviendo una experiencia espantosa. No es momento para dejarse llevar por el pánico. Ahora es el momento de permanecer unidos", ha señalado la primera ministra de Queensland.

Los fallecidos hasta ahora son una madre y su hijo, que murieron el lunes dentro de un automóvil en el centro de Toowoomba, otra madre y sus dos hijos, también dentro de un vehículo en Grantham, dos hombres en el otra área de Murphys Creek, a 24 kilómetros al norte de Toowoomba; y dos mujeres mayores.

En Brisbane, la policía ha ordenado ya el desalojo de parte del centro de la ciudad y de algunos distritos después de que el río Brisbane se desbordara a su paso por la ciudad. Miles de ciudadanos intentan salir de los barrios bajos para escapar de las riadas y se dirigen a pie a las zonas altas. Y lo peor no ha pasado, porque continúan las lluvias torrenciales que amenazan con anegar miles de hogares en las próximas 48 horas.

Mientras, prosigue la búsqueda, iniciada anoche, de 66 personas desaparecidas en las trombas de agua que pasaron por la ciudad de Toowoomba y sus alrededores, también en el estado de Queensland. Los desaparecidos son un bebé al que arrastró una riada en la localidad de Ipswich, a unos 40 kilómetros al oeste de Brisbane, y 59 personas, entre las que figuran familias enteras, que se encontraban en el valle del río Lockyer, que el lunes fue arrasado por una tromba de agua que en algunos lugares alcanzó ocho metros de altura. Los equipos de rescate y la Cruz Roja todavía no han podido llegar a varias de las zonas más devastadas en los alrededores de Toowoomba, por lo que se desconoce la situación de sus habitantes.

MÁS LLUVIAS

Los meteorólogos creen que los aguaceros continuarán en las próximas horas, y se está intentando evaluar cuál será el impacto de las inundaciones cuando estas lleguen al embalse de Wivenhoe. Cuando se llegue al límite de la capacidad de la presa, no será posible contener el agua que libere el río Brisbane.

Las autoridades de la ciudad no quieren que se repita la tragedia de 1974, cuando 14 personas murieron, 300 resultaron heridas y 6.700 casas quedaron anegadas en otras inundaciones.

El Gobierno australiano ha desembolsado hasta la fecha cuatro millones de dólares para ayudar a los 200.000 damnificados y ha aprobado un fondo especial de casi 77 millones de dólares para las administraciones municipales. Los sectores agrícola, minero y turístico son los que más sufren los daños provocados por la catástrofe natural, que, según los cálculos de las autoridades, superarán los 5.000 millones de dólares.