El cambio de colores en el Ejecutivo alemán tras las elecciones del 27 de septiembre no ha sentado bien a la cancillera, Angela Merkel. En solo dos meses de Gobierno, la coalición de conservadores y liberales ha tenido que enfrentarse a varias crisis de gobierno, dimisiones y rectificaciones.

La segunda legislatura de Merkel empezó con mal pie. La falta de apoyo de nueve diputados de los suyos en su reelección fue considerada por muchos una mala señal.

Pero el mayor escándalo vino de Afganistán. El diario Bild reveló que el Ministerio de Interior había ocultado información sobre el bombardeo de la OTAN en Kunduz llevado a cabo por orden de un oficial alemán en septiembre y que causó decenas de víctimas civiles. Merkel deberá aclarar a principios de año ante el Parlamento lo que supo de la matanza.