En el mismo cementerio londinense de Highgate donde están enterrados los restos del pensador socialista Karl Marx, reposa desde ayer el exagente ruso Aleksandr Litvinenko. Vientos huracanados, que provocaron graves destrozos en la capital británica, acompañaron la ceremonia privada, a la que solo asistieron medio centenar de personas. Entre los presentes se hallaban los padres de Litvinenko, su viuda Marina, Anatoly, el hijo de ambos, así como el multimillonario Boris Berezosky, el cineasta Andrei Nekrasov y el líder separatista checheno y enemigo número uno del Kremlin Ahmed Zakayev, refugiado también en el Reino Unido.

CONVERTIDO AL ISLAM El entierro estuvo precedido de un oficio religioso en la gran mezquita de Regent´s Park. Aunque nacido en la religión ortodoxa rusa, Litvinenko, que al morir tenía pasaporte británico, se había convertido recientemente al islam. El imán no permitió que el féretro del antiguo espía, asesinado con polonio-210, fuera introducido en el templo por temor a la radiación. Su cuerpo ha sido sepultado en un ataúd especial, herméticamente sellado para evitar cualquier fuga radiactiva, y deberán pasar 22 años antes de que pueda ser incinerado.

El padre del difunto, Valter, repitió: "Putin ha matado a mi hijo". "Un ciudadano británico ha sido cruelmente asesinado en territorio británico por un agente de un poder extranjero. La prioridad de Blair debería ser la protección de la soberanía de su país", declaró el exdisidente soviético exiliado en Londres Vladimir Bukovski.

El número de contaminados con el polonio-210 volvió a aumentar ayer. Las autoridades británicas confirmaron que siete empleados del bar Pine, en el Hotel Millennium, de Grosvenor Square, han dado positivo en los análisis de radiactividad, aunque los niveles detectados son bajos y no implican, aseguran, ningún riesgo para la salud a corto plazo. En ese bar se reunió el pasado 1 de noviembre Alexander Litvinenko con el hombre de negocios Dmitri Kovtun y el antiguo agente del KGB Andrei Lugovoi.

Los responsables sanitarios hicieron un llamamiento para contactar a todos los clientes que estuvieron en el bar ese día, así como los días 31 de octubre y 2 de noviembre.