Micheletti ha intentado convencer tanto sus ciudadanos como a la comunidad internacional de que llegó al poder por un "acto democrático" y no por un golpe de Estado, al punto, que ha denominado como un "proceso de transición" a esta etapa política de ese país.

"No llego a esta posición bajo ignominia de un golpe de Estado, llego a la Presidencia de la República como producto de un proceso de transición absolutamente legal", dijo el hasta ayer presidente del Congreso hondureño que, de acuerdo con la Constitución, le corresponde asumir el mando en caso de ausencia o renuncia del mandatario nacional.

Así, aclaró que lo ocurrido la madrugada del domingo en Honduras "es un acto democrático" alegando que el "Ejercito sólo ha cumplido con la función que le ordenó la Corte Suprema de Justicia a través de sus juzgados, la Fiscalía y el mayor sentimiento del pueblo hondureño".

La crisis estalló la semana pasada cuando el Ejército se negó a cumplir las órdenes que había dado Zelaya para poder llevar a cabo el referéndum programado para ayer y en el que quería preguntar a los hondureños si deseaban que en la convocatoria electoral de noviembre se añadiera una cuarta urna en la que se consultaría la posibilidad de cambiar la Constitución.

"NO HE RENUNCIADO"

Por su parte, Zelaya, quien se encuentra en Nicaragua, ha calificado de "falsa" la supuesta carta de renuncia con fecha de 25 de junio que leyó ayer el Parlamento, minutos antes de nombrar a Micheletti como nuevo presidente de Honduras. "Yo nunca he renunciado ni voy a usar ese mecanismo", afirmó de manera categórica.

A su juicio, "esto es un crimen más" que está siendo cometido por los promotores de su "secuestro" y su posterior derrocamiento con el objetivo de generar confusión entre la población y la comunidad internacional.

"Dada la situación política prolongada que se ha presentado, la cual ha dado lugar al desencadenamiento de un conflicto nacional que ha erosionado mi base política y debido a problemas insuperables de salud (...), cumplo con el deber de interponer mi renuncia irrevocable a la Presidencia de la República, junto con la de mi gabinete de gobierno, efectiva a partir de esa fecha", señala la carta recogida por la BBC.

Mientras, en Honduras se respira un clima de tensión, pese a que el nuevo Gobierno ha pedido a los ciudadanos que continúen con su cotidianidad aunque les ha instado a respetar el toque de queda. Sin embargo, según ha informado la cadena Telesur los simpatizantes de Zelaya aún siguen en las calles exigiendo el regreso del presidente derrocado y propiciando una huelga general. Algunos, se encuentran desde ayer en los alrededores del Palacio Presidencial haciendo prolongadas vigilias.