Las primeras réplicas del terremoto político que se cierne sobre el primer ministro israelí, Ariel Sharon, empezaron ayer a sentirse. Varios ministros de su Gobierno declararon que si el fiscal general del Estado, Menachem Mazuz, decide encausar a Sharon, éste deberá dimitir.

La fiscal jefe del Estado a cargo de la investigación del caso de la isla griega, Edna Arbel, presentó ayer a Mazuz su informe, en el que recomienda que se procese a Sharon por aceptar sobornos. Sharon está acusado de usar su posición para ayudar al empresario David Appel a cambio de un sueldo millonario para su hijo y de ayudas en el Likud.

Por otro lado, el diario Haaretz publicó que un militante de las Brigadas de Mártires de Al Aksa declaró a los servicios de seguridad israelís que el presidente palestino, Yasir Arafat, financia ataques contra objetivos israelís.