Un año después del inicio de la guerra de Irak, decenas de miles de ciudadanos salieron ayer de nuevo a la calle para protestar contra la ocupación militar del país árabe. A pesar de que el mal tiempo deslució la jornada en el norte de Europa y que las manifestaciones fueron menos multitudinarias que las convocadas hace un año, cuando la guerra era ya inevitable, en ciudades como Roma se llegaron a congregar, según los organizadores, hasta un millón de personas en protesta por el alineamiento del Gobierno con la política exterior de EEUU.

La jornada de protesta en el Reino Unido comenzó a primera hora de la mañana, cuando dos hermanos, Harry y Simon Westaway, militantes de la organización ecologista Greenpeace, escalaron la torre del reloj del Big Ben. A una altura de 45 metros, desplegaron una pancarta en la que se leía: "Es la hora de la verdad". Los dos hombres se entregaron a media tarde a la policía.

Otros rincones del mundo donde se gritó contra la guerra fueron Alemania, donde el mal tiempo deslució las manifestaciones; Bruselas, con 3.500 personas por el centro de la ciudad, Nueva York, Egipto, Japón, Jordania y Chipre.