Decenas de miles de manifestantes vestidos de blanco participaron ayer en una marcha contra la inseguridad y el secuestro en México, convocada por más de 80 organizaciones ciudadanas y apoyada por las cadenas de televisión, el Gobierno e incluso el presidente del país, Vicente Fox, en abierta campaña contra el alcalde de la capital, Andrés Manuel López Obrador. Fox, que la siguió desde su residencia campestre de Guanajuato, indicó que la protesta era "la voz y la demanda de la sociedad en el tema de la seguridad".

Algunos de los grupos organizadores estimaron en 350.000 y 500.000 el número de participantes en la manifestación que se extendió desde el Angel de la Independencia hasta el Zócalo. La policía que las custodió a lo largo de esos seis kilómetros y que depende del alcalde calculó que participaron 50.000 personas. Prohibidas las proclamas partidistas, entre pancartas que reclamaban Ya basta o Rescatemos México , sobresalían las que pedían la renuncia del alcalde.

CAMPAÑA POLITICA La politizada marcha se inscribe en una campaña para apartar al populista de izquierdas Andrés Manuel López Obrador de la carrera hacia las elecciones presidenciales de dentro de dos años, en la que dispone de una ventaja sobre otros precandidatos, entre ellos la esposa del presidente, Marta Sahagún.

El Partido de la Revolución Democrática (PRD, de izquierdas) denunció el "oportunismo político" que demuestra "la ultraderecha y el propio presidente, al apoderarse de esa marcha y quererla presentar como un acto contra el Gobierno del Distrito Federal". El PRD recordó que, según las cifras del Gobierno federal, la capital ocupa el sexto lugar en índices de delincuencia, por debajo de estados norteños en los que gobierna el Partido Acción Nacional (PAN, de derecha). Varios millares de mexicanos se manifestaron también en otras ciudades del país, singularmente en el norte, en demanda de seguridad.

Si bien Fox afirmó que le está propinando a la delincuencia "la madre de todas las batallas", varios organismos defensores de los derechos humanos aseguraron que la delincuencia no es un problema local, sino que afecta a todo el país. Según estas organizaciones, "las condiciones sociales de pobreza, desempleo y falta de acceso a la educación forman parte de un sistema social desigual" que "empuja a muchas personas a buscar una forma de vida fuera de la legalidad".