Cientos de miles de seguidores del presidente venezolano, Hugo Chávez, participaron ayer en dos grandes manifestaciones que confluyeron en la avenida Bolívar de Caracas. La oposición contestó con una veintena de marchas provinciales la decisión del Tribunal Supremo de suspender el referendo del 2 de febrero.

Pero la oficialista "toma de Caracas" provocó el atrincheramiento de los barrios ricos del este de la capital venezolana en medio de un "plan de contingencia" armado para evitar los temidos y supuestos saqueos.

El color rojo predominó en la manifestación de apoyo al Gobierno al conmemorar el derrocamiento popular del dictador Marcos Pérez Jiménez 45 años atrás. Llegados en buena parte en autobuses del interior del país, los chavistas llevaron globos, banderas, pancartas, fotos del presidente y muñecos de los tres dirigentes de la opositora Coordinadora Democrática: Carlos Ortega, Carlos Fernández y Juan Fernández.

Entre los manifestantes, el ministro de Infraestructura, Diosdado Cabello, resaltó la "demostración de apoyo a las instituciones" y criticó el "pataleo" de la oposición tras el fallo del Tribunal Supremo, que bajó el telón del frustrado referendo consultivo. Cabello dijo que los sondeos de opinión que maneja el Gobierno venezolano indican que, lejos de menguar con el paro opositor, la popularidad de Chávez "ha aumentado en más de un 12%" y que "hasta es probable que ganara un referendo".