Los enfrentamientos entre seguidores del movimiento oficialista palestino Al Fatá y del grupo islámico Hamás prosiguieron ayer en Gaza, pese a la maratoniana reunión que mantuvieron, la noche del sábado, algunos de sus respectivos representantes y mediadores egipcios para poner fin a la tensión que se vive en los territorios en los últimos días. La reunión dio por zanjados los enfrentamientos entre facciones que, no obstante, se reprodujeron ayer en el Ministerio de Salud en Gaza, donde tres milicianos relacionados con Al Fatá resultaron heridos.

Los milicianos irrumpieron en el ministerio y efectuaron varios disparos, según testigos y fuentes de la seguridad palestina. Los guardaespaldas del ministro de Salud, Basem Neim, dispararon contra los asaltantes. En un principio se relacionó a estos milicianos con las Brigadas de Mártires de Al Aqsa, aunque este grupo armado negó su implicación.

No obstante, si algo quedó claro tras este último episodio de violencia es que sigue el enfrentamiento enconado entre ambas facciones. Además, el portavoz del Ministerio de Interior fue rotundo: "Se acabaron los tiempos en que nuestras instituciones y organismos de seguridad podían ser atacados. Cualquiera que lleve un arma contra una de nuestras instituciones o nuestros policías, se expone a la muerte".

La jornada transcurrió entre otras protestas en otros lugares, en apoyo del presidente Mahmud Abbás (alias Abú Mazen ).

DESMARQUE DE AL QAEDA Mientras, el portavoz Hamás, Sami Abú Zuhr, subrayó ayer que la ideología del movimiento integrista "es totalmente diferente de la ideología del jeque Bin Laden". El líder de Al Qaeda había denunciado horas antes que la interrupción de las ayudas de Estados Unidos y Europa al Gobierno autónomo palestino demuestra que Occidente está en guerra contra el islam.