Quemando coches, disparando al aire y amagando con asaltar el Parlamento en Gaza, unos mil milicianos de Al Fatá expresaron ayer su furia por la derrota del partido en las elecciones. Los manifestantes pidieron la dimisión del presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abbás, alias Abú Mazen , y la de los órganos de dirección de la formación, a los que acusan de propiciar la victoria de Hamás por su ineficacia y corrupción, y exigieron que Al Fatá no se una a un Gobierno con los islamistas.

Fue un día de alta tensión en Gaza y el resto de los territorios ocupados. Mientras Hamás evitó grandes manifestaciones tras el rezo y concentró su celebración en la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén y en un acto multitudinario en Jan Yunis, las milicias de Al Fatá salieron a las calles del norte de Cisjordania y de varias localidades de la franja con mucha ira. En Gaza, durante todo el día la radio de Al Fatá emitió la canción Hoy es el día de la furia, que, ironías de Oriente Próximo, usa Hamás en sus manifestaciones contra la ANP. En Jan Yunis, enfrentamientos entre milicianos de ambos partidos se saldaron con tres heridos y, además, las Brigadas de Al Aqsa amenazaron con "liquidar" a los líderes de Al Fatá si suman fuerzas con Hamás. En esta localidad, militantes del partido vencedor atacaron una comisaría de policía palestina. Hubo dos agentes y un miembro de Hamás heridos.

LAS DOS GUARDIAS La furia de los milicianos de Al Fatá refleja la inacabable pugna entre la vieja guardia procedente del exilio de Túnez y la nueva generación nacida en los territorios ocupados. La manifestación de Gaza alcanzó unos niveles de tensión tan altos --antes de quemar cuatro coches ante el Parlamento, intentaron asaltar la altamente protegida residencia de Abú Mazen-- que Mohamed Dahlán, el hombre fuerte de Al Fatá en la franja, tuvo que comprometerse ante los manifestantes a que no habrá pacto de Gobierno con Hamás y les instó a disolverse al grito de "no ofendáis el alma de Yasir Arafat haciendo esto".

Consciente de que cualquier chispa puede encender un fuego de terribles consecuencias, la dirección de Hamás mantuvo el discurso de unidad que transmite desde que se conocieron los resultados. "Podemos afrontar los retos que tenemos en solitario, pero creemos en la unidad del pueblo palestino", dijo el número uno de la lista, Ismail Haniya, reiterando su mano tendida a Al Fatá para formar un Gobierno de unidad.

Abú Mazen sigue guardando silencio, y sólo confirmó que ha pedido al ganador que forme Gobierno. Haniya indicó que Abú Mazen y los líderes de Hamás se reunirán los próximos días en Gaza, ya que Israel prohíbe a los islamistas viajar a Ramala.

POSICION FIRME Y no parece que la posición israelí se vaya a suavizar. El primer ministro interino, Ehud Olmert, reiteró al presidente egipcio, Hosni Mubarak, y al rey Abdalá de Jordania que Israel no tendrá contactos con Hamás mientras no reconozca al Estado hebreo y renuncie a la lucha armada. La ministra de Exteriores, Tzipi Livni, dijo que Israel lanzará una campaña para lograr el boicot internacional de la ANP, y acusó a los palestinos de "cerrar la oportunidad para la paz" tras el desalojo de Gaza. El líder de Hamás, Mahmud al Zahar, insistió en que no habrá desarme, ni diálogo ni reconocimiento del Estado judío.