"La calma es total, pero hay incertidumbre y recelo sobre el nuevo estatus". La frase es de un oficial del Ejército español destinado en la base de Istok, en el oeste de Kosovo, pronunciada durante una conversación telefónica con este diario. Entre 600 y 700 soldados españoles --según la época-- se encuentran en este destacamento, cubierto desde el domingo de un manto blanco y temperaturas de cuatro grados bajo cero.

Los albanokosovares --dos millones en total-- son soberanistas en su mayoría, según el militar. Después de las elecciones del sábado, andan divididos por la velocidad del proceso soberanista. "Estados Unidos apoya la independencia, pero la gente piensa que será la Unión Europea la que deberá sufragar la misma. Unos quieren la independencia mañana y otros, pasado mañana", sostiene el militar español.

En Pristina, la capital, hay poco más de 50 españoles, entre policías, funcionarios y civiles. La mayoría de estas personas trabajan para el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) o el alto mando del Ejército.

La OTAN tiene en Kosovo un total de 16.000 soldados, entre los que se encuentran los españoles destinados en Istok. En localidades próximas hay destacamentos de los ejércitos italiano, turco, búlgaro, finlandés y portugués. El conjunto de la región occidental de Kosovo está bajo mando de Italia. La región está dividida en cinco zonas, la mencionada y cuatro más, dirigidas por EEUU, Alemania, Gran Bretaña y Francia.

Los soldados aliados se encargan de evitar incidentes interétnicos (uno en el 2006), atentados con explosivos (uno en un año), el tráfico de armas (336 casos en el último año), la falsificación de moneda (10 casos), la trata de blancas (uno) y el contrabando (12 casos).