"¡Abajo con el zar!"; "¡Putin es un ladrón!"; "¡Rusia sin Putin!"; "¡No te hemos elegido!". Éstas eran algunas de las consignas que los miles de seguidores del opositor Alekséi Navalny, congregados en la céntrica plaza Pushkin de Moscú, corearon este sábado entre empujones, atropellos y detenciones llevadas a cabo por las fuerzas de seguridad. La acción de protesta se desarrolló en medio de escenas de gran tensión debido a la presencia de cosacos y otros activistas progubernamentales que se encaraban con el público asistente. A dos días de la investidura de Vladímir Putin como presidente de Rusia, la oposición ha querido expresar en la calle su repulsa al renovado mandato del actual jefe del Estado.

Más de un millar de manifestantes fueron detenidos en las manifestaciones que se celebraron en decenas de ciudades de toda Rusia, según la oenegé de derechos humanos OVD. Denis y Anastasia, una pareja de 19 años que acaba de iniciar sus estudios universitarios de Informática, se quejan de los elevados niveles de corrupción: "Casi cada día tenemos que hacer frente a los corruptos". A escasos metros, Vladímir coincide en el análisis, culpando de ello a toda la clase política que gobierna su país. "Es una responsabilidad colectiva, incluyendo a Putin", indica.

"No tenemos Constitución"

"No tenemos Constitución", sostiene Artiom, quien asegura no sentirse un ciudadano libre en su propio país. Cuando se le inquiere sobre la presencia de candidatos alternativos en los pasados comicios, incluyendo algunos destacados liberales, como la presentadora Ksenia Sobchak, reacciona con desdén. "Sobchak no es una verdadera opositora". Poco después de las dos, Navalny apareció brevemente en la plaza y pudo dirigir unas pocas palabras a sus seguidores antes de arrestado.

La presencia de hombres con uniforme militar de camuflaje y tocados con 'papajas', tradicionales sombreros de lana del sur de Rusia y el Cáucaso, hacía entrever que no sería una manifestación como las demás organizadas por Navalny. Anton, un estudiante universitario, protagonizó un tenso cara a cara con un grupo de ellos, que le recriminaban no haber realizado el servicio militar. "¡Quiero un país donde no haya censura y donde todo el mundo pueda vivir", les respondió. Se produjeron conatos de violencia, mientras Svetlana repartía panfletos del denominado Movimiento de Liberación Nacional, en cuya primera página se destacaba la reciente victoria electoral de Putin.