Al menos un millón de personas esperan a ser evacuadas en la depauperada región norteña india de Bihar, donde el cambio de curso de uno de los principales afluentes del Ganges ha inundado distritos enteros y causado 55 muertes.

Alimentado por las lluvias del monzón, el río Kosi, uno de los contribuyentes más caudalosos del sagrado Ganges, se desbordó hace díez días a su paso por Nepal a causa de la antigüedad y la falta de mantenimiento de uno de sus diques.

Al bajar por un nuevo curso hasta la limítrofe región india de Bihar, las aguas han inundado poblados donde habita parte de la población más pobre y vulnerable de la India.

"La situación de las inundaciones sigue siendo nefasta y estimamos que no menos de un millón de personas tienen que ser evacuadas a lugares seguros. Es un gran reto para el Gobierno", dijo el ministro regional de Gestión de Desastres, Nitish Mishra, citado por la agencia IANS.

"Esperamos evacuar a todas las personas aisladas en 72 horas, pero será una labor muy difícil", lamentó Mishra. Por el momento tan sólo 90.000 personas han sido evacuadas, pero las tareas de rescate a bordo de embarcaciones resultan complicadas debido a la falta de recursos y las fuertes corrientes del desatado Kosi.

Mishra aseguró haber sobrevolado parte de las zonas afectadas y dijo haber visto lugareños que buscaban refugio en canales, tejados de sus casas y edificios gubernamentales.

También supervisaron hoy la catástrofe desde el aire la presidenta del gobernante Partido del Congreso, Sonia Gandhi, acompañada por el primer ministro indio, Manmohan Singh, quien calificó la situación de "calamidad nacional".

Singh anunció que destinará 10.000 millones de rupias (229 millones de dólares a cambio de hoy) para las operaciones de rescate.

El jefe de Gobierno de Bihar, Nitish Kumar, ha situado en 55 el número de muertos y en 2,5 millones de personas los afectados por las inundaciones, que han golpeado a quince distritos de la región.

Conocido como "el dolor de Bihar" por las inundaciones que causa cada año el desbordamiento del río Kosi ha empujado esta vez a 1,4 millones de personas a abandonar sus hogares.

Pero este año es más difícil que las aguas vuelvan a su cauce, ya que el afluente del Ganges ha cambiado de curso, y las autoridades ya han advertido que muchos de los afectados podrían verse obligados a permanecer en campos de acogida hasta la primavera de 2009.

"Como el curso del río ha cambiado, parece que las aguas se mantendrán así por un tiempo", alertó el jefe de Gobierno biharí.

Kumar ha instado a Singh a buscar una solución permanente al problema con el Gobierno de Nepal, cuyo sureste ha resultado también afectado y donde las tareas de rescate se han llevado a cabo con embarcaciones e incluso con elefantes para salvar a los lugareños rodeados de agua en los tejados de sus viviendas.

Nepal ha acusado del desastre a la India, pues son las autoridades indias las encargadas del mantenimiento del dique por un acuerdo de 1954.

En un poblado de uno de los distritos indios más afectados, el de Madhepura, cientos de lugareños intentan sobrevivir comiendo arroz inflado rancio y bebiendo las sucias aguas del río.

"No hay forma de sobrevivir sin ayuda, pero estamos comiendo grano cocido y arroz inflado. Esperamos recibir ayuda pronto", dijo a IANS un agricultor de la zona.

"Les estamos dando a los niños el agua contaminada de las inundaciones. No hay otra opción", señaló otro de los afectados.

El primer ministro anunció hoy el reparto de 125.000 toneladas de cereales entre los afectados. La virulencia de las lluvias monzónicas, que en el norte de la India son especialmente intensas en los meses de julio y agosto, acaban cada año con la vida de cientos de personas en este país.

Estados como Bihar son especialmente vulnerables por la pobreza de sus habitantes y la precaria construcción de sus viviendas, un problema al que las autoridades no han sabido dar respuesta a pesar de su longevidad y que acaba desembocando en crisis alimentarias y epidemias.