Slobodan Milosevic, el hombre que protagonizó uno de los capítulos más negros de la historia europea reciente, fue hallado muerto ayer en su celda del Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY) en Scheveningen (La Haya). Un guardia descubrió por la mañana, tendido en la cama, el cuerpo sin vida del expresidente yugoslavo, de 64 años, que desde febrero del 2002 estaba siendo juzgado por crímenes contra la humanidad, crímenes de guerra y genocidio. Su muerte no ha estado exenta de polémica, puesto que se trata del cuarto prisionero que muere bajo custodia del TPIY desde 1998.

"El TPIY no es responsable de la muerte de Milosevic, al que hemos ofrecido siempre el mayor cuidado médico posible", reaccionó el portavoz del tribunal, Christian Chartier. Aun así, las autoridades han ordenado una autopsia y un examen toxicológico. Por boca del titular de Exteriores, Ben Bot, el Gobierno holandés informó de que el expresidente falleció debido a "causas naturales".

TRASLADO NEGADO Sin embargo, el hermano del fallecido, Borislav, dijo en Moscú que "toda la responsabilidad recae sobre el TPIY", y agregó que la familia no confía en la imparcialidad de la autopsia si ésta se hace a instancias del tribunal. Zdenko Tomanovic, abogado de Milosevic, reveló que su cliente le había expresado sus temores de ser envenenado en prisión.

Milosevic, el hombre que hundió a la antigua federación yugoslava en tres guerras sangrientas, arrasó ciudades, puso en práctica la limpieza étnica y reprimió a los opositores, sufría de hipertensión crónica --una dolencia que aumenta el riesgo de sufrir ataques cardiacos y embolias cerebrales-- y el mes pasado había solicitado al tribunal un permiso para ser tratado en Rusia. La autorización le fue negada con el argumento de que podía recibir el mismo tratamiento en Holanda, y su hermano calificó esa decisión de "inhumana". Desde el 2002, el juicio había sido interrumpido una veintena de veces a causa de la salud del expresidente.

A la espera del resultado de la autopsia, el portavoz del TPIY descartó ayer la posibilidad de que Milosevic se haya quitado la vida. "No tenemos indicio alguno de que fuera un suicidio", manifestó Chartier.

Tales aclaraciones no huelgan, ya que el domingo pasado, el antiguo jefe de los serbios de Croacia, Milan Babic, que fue condenado a 13 años de prisión por crímenes contra la humanidad, se suicidó en prisión a la edad de 50 años. También lo hizo el serbocroata Slavko Dokmanovic, exalcalde de Vukovar, cuando esperaba el veredicto del TPIY, en junio de 1998. El serbobosnio Milan Kovasevic también murió ese año bajo custodia del tribunal, pero por causas naturales.

RECTA FINAL No es de extrañar, por lo tanto, la reacción del primer ministro serbio, Vojislav Kostunica, que exigió un "informe detallado" sobre el fallecimiento de Milosevic. La muerte del carnicero de los Balcanes ha tenido lugar en la recta final del juicio, pues estaba previsto que las alegaciones de la defensa --Milosevic se representaba a sí mismo-- terminaran este mes y que el proceso concluyera a mitad de año. "Sin el proceso contra Milosevic, el tribunal ha perdido toda posibilidad de responder a esta pregunta: quién es responsable de lo que pasó en los Balcanes", dijo la analista Janet Anderson. Se ignora dónde será enterrado Milosevic. La familia no lo ha decidido todavía.