El ministro israelí de Defensa, Ehud Barak, trató ayer de minimizar la penuria que vive Gaza desde el fin de la ofensiva israelí. Barak aseguró que "no hay crisis" en la franja, pese a que miles de personas viven en tiendas de campaña y son incapaces de reconstruir sus casas ante el cierre fronterizo que mantiene Israel desde hace dos años y que ha arruinado la economía. Y es que a Gaza no llegan materiales tan comprometidos como bombillas o libros.