Para que Israel pueda mantener bajo su soberanía los asentamientos judíos de Jerusalén Este tendrá que ceder a los palestinos los barrios de mayoría árabe. Con este argumento, el viceprimer ministro, Haim Ramon, trató de contrarrestar ayer las críticas que ha generado la decisión de su Gobierno de autorizar la construcción de 300 viviendas en el asentamiento de Har Homa. "Cualquiera que desee quedarse con el barrio de Walaja está poniendo en peligro nuestra continuidad en Har Homa. Los vecindarios judíos seguirán bajo control israelí y los barrios árabes serán la capital palestina", dijo Ramon.

Su razonamiento es el mismo que el empleado por el primer ministro, Ehud Olmert, para defender la creación de un Estado palestino: la demografía. Si Israel no se desprende de esos barrios será imposible que Jerusalén conserve "una clara mayoría" de población judía.