En un claro intento de asesinar al jordano Abú Musab al Zarqaui, considerado como el jefe de Al Qaeda en Irak y responsable de los mayores atentados perpetrados en ese país, EEUU llevó a cabo, la pasada madrugada, un ataque aéreo contra su supuesto escondite en la localidad de Faluya. El resultado fue la muerte de 22 iraquís, entre ellos, según el Ejército estadounidense, varios miembros de la red de Zarqaui, aunque no existe ninguna constancia de que el activista jordano se encuentre entre las víctimas.

"La operación se ha llevado a cabo con armas de precisión y ha destruido el escondrijo", afirmó el general norteamericano Mark Kimmitt, jefe adjunto de las operaciones militares en Irak. Kimmitt dijo creer que "19 personas habían fallecido", pero añadió que no cuestionaba la cifra de 22 muertos facilitada por fuentes hospitalarias iraquís. Según los testigos, EEUU lanzó al menos un misil.

El incidente causó indignación en Faluya y amenaza con romper la tregua que reinaba en la ciudad. Este bastión de la insurgencia suní vivía un precario alto el fuego desde que los marines levantaron el asedio y una fuerza iraquí asumió la seguridad.

Ahora, los residentes acusan a las fuerzas norteamericanas de recurrir de nuevo a tácticas de puño de hierro para aplastar a la insurgencia.

FALLECE UN PORTUGUES Por otra parte, fuentes gubernamentales de Portugal confirmaron la muerte de un ciudadano portugués como consecuencia de la explosión de una bomba cerca de Basora, en el sur de Irak. Se trata de Antonio José Monteiro Abelha, quien trabajaba en una empresa de telecomunicaciones iraquí asociada a Motorola y no estaba inscrito en la embajada de Portugal en Bagdad.

Mientras, el último rehén libanés retenido en Irak, Georges Fernando, que había sido secuestrado en abril, fue liberado ayer, sin que se llegara a pagar ningún rescate.