11-M y 7-J. Pocas veces dos atentados se han parecido tanto. Tanto en Madrid como en Londres se atacaron transportes públicos en hora punta; ambos ataques se cometieron dejando bolsas con explosivos y no mediante acciones suicidas de kamikazes, y los dos consistieron en explosiones simultáneas cuya autoría, horas más tarde, se atribuyeron las Brigadas de Abú Hafs al Masri con el mismo leitmotiv: castigar a países que apoyaron a Estados Unidos en la invasión de Irak.