El exvicepresidente Emmerson Mnangagwa juró ayer como presidente provisional de Zimbabue, en sustitución de Robert Mugabe, después de la dimisión del veterano líder el pasado martes tras la toma del control del país por parte de los militares. La jura se celebró en el Estadio Nacional de Harare, con capacidad para 60.000 personas, en una ceremonia festiva a la que asistieron miles de seguidores del nuevo mandatario.

Mnangagwa prometió «servir» al país y a su Constitución. «Protegeré y promoveré los derechos del pueblo de Zimbabue, llevaré a cabo mis deberes con toda mi fortaleza y con mis mejores capacidades», agregó. Posteriormente, le juraron lealtad los altos mandos de las fuerzas de seguridad del Estado. Algunos de estos mandos lo hicieron entre fuertes abucheos, como el jefe de la Policía, cuerpo al que se acusó de estar vinculado a los aliados políticos de Grace Mugabe. Quien no acudió fue el ya expresidente Mugabe. Él y Mnangagwa se reunieron el día anterior para discutir los detalles sobre la transición, hasta las próximas elecciones del 2018. Al parecer, acordaron que el expresidente y su esposa, Grace Mugabe, tengan inmunidad y puedan permanecer en Zimbabue.