Considerado uno de los nuestros por las clases populares y valorado como un garante de la estabilidad por los mercados, Recep Tayyip Erdogan (Rize, 1954) hubo de emigrar de niño a Estambul y creció en el humilde barrio de Kasimpasa. En su juventud alternó diversos trabajos de oficina con su dedicación semiprofesional al fútbol y su militancia en diversos partidos islamistas. Sus convicciones de musulmán practicante son profundas, pero le gusta compararse con los democristianos de Europa.

El ascenso político de Erdogan comenzó con su elección como alcalde de Estambul de la mano del islamista Necmettin Erbakan. Supo ganarse la fama de político eficiente. Sin embargo, un poema que recitó --"las mezquitas son nuestros cuarteles; los minaretes, nuestras bayonetas; las cúpulas, nuestros cascos, y los creyentes, nuestros soldados"-- lo llevó cuatro meses a la cárcel en 1997.

Erdogan, político calculador, se dio cuenta de la necesidad de un cambio en su formación. Junto a Abdullah Gül, creó en el 2001 una escisión liberal demócrata de los islamistas que se convertiría en su actual partido. Luego eliminó a los candidatos más religiosos e incluyó a personalidades socialdemócratas en busca de la conquista del centro político. También ha sido el artífice del acercamiento de Turquía a Europa.