Los vencidos en la revuelta birmana siguen prometiendo más lucha. El mensaje de esperanza que airea la oposición en el exilio fue recogido ayer por los primeros monjes que logran huir a Tailandia. "Hemos tomado la resolución de quitar a este régimen y seguiremos luchando", prometió U Pyin Niar, flanqueado por dos compañeros. Los monjes llegaron a Mae Sot, en la frontera birmano-tailandesa, y volverán a Birmania en breve para continuar las protestas contra la Junta militar.

Los monjes vaticinan que las protestas se retomarán en tres semanas. Creen que los militares no dispararán otra vez. "Se han dado cuenta de que han hecho mal", sostiene U Pyan Niar. En el caso de que lo hagan, los tres monjes revelan un sentimiento generalizado de no retroceder. "Si disparan, tendrán que acabar con todos los religiosos del país. Estamos deseando dar la vida para cambiar este Gobierno".

Mientras, en Rangún continuaron los arrestos de disidentes y civiles que participaron en las protestas. El jefe de la Junta, Than Shwe, aseguró que se reunirá con la líder demócrata, Aung Sang Suu Kyi, si esta abandona su postura de "confrontación".