Los monjes de un templo budista de Birmania tomaron ayer como rehenes, durante más de cuatro horas, a una veintena de militares para pedir la libertad de 10 bonzos detenidos por participar en una manifestación contra los precios de los carburantes.

Los incidentes se desataron el miércoles en Pakokku --a 500 kilómetros al noroeste de la capital, Rangún-- cuando las fuerzas de seguridad dispararon al aire para dispersar una manifestación, en la que participaban 500 monjes.

Al menos tres de los religiosos resultaron heridos y uno de ellos falleció a causa de los golpes de los soldados. Según los testigos, los militares acudieron ayer al monasterio para disculparse, pero varios centenares de monjes los encerraron y prendieron fuego a cuatro de sus vehículos. El secuestro fue zanjado gracias a la intervención de un abad.