Recreándose en el dulce sabor de la victoria, el primer ministro de Montenegro, Miko Djukanovic, afirmó ayer que la plena integración en la Unión Europea (UE) y la OTAN será la máxima prioridad del nuevo Estado que en breve verá la luz en el rincón más turbulento de Europa. Djukanovic hizo estas declaraciones después de que los resultados oficiales del referendo sobre la independencia celebrado el domingo sentenciaran lo que los montenegrinos llevaban ya horas celebrando: el fin de la unión, casi centenaria, con Serbia. El 55,4% de los electores votaron a favor, en una consulta que registró una participación récord del 86,3%.

El resultado sobrepasa por solo cuatro décimas el umbral del 55% de votos favorables exigidos por la UE para reconocer al nuevo Estado, de solo 620.000 habitantes (15 veces menos que Serbia). Sin demora, los Veinticinco deberán ahora dar nuevas muestras de su capacidad de gestionar los sobresaltos políticos que dan los convulsos Balcanes, con la vista puesta en el explosivo Kosovo, provincia serbia cuyas autoridades aspiran a celebrar una consulta similar antes de que acabe el año.

ACUERDO PARA ESTE AÑO Djukanovic, que durante la larga noche de fiesta en Podgorica, proclamó: "Tenemos nuestro propio Estado", dejó claro ayer que su país espera adherirse a la UE después de Croacia, pero antes que Serbia. Además, el primer ministro expresó su esperanza de poder cerrar antes de "final de año" el acuerdo de asociación y estabilización con la UE, cuyas negociaciones fueron suspendidas por Bruselas porque la unión estatal Serbia y Montenegro no ha extraditado al criminal de guerra Ratko Mladic.

Sobre cómo van a tramitar el divorcio Serbia y Montenegro, ni una palabra todavía. Djukanovic expresó su deseo de que "Serbia sea la primera" en reconocer la independencia.

Y mientras los montenegrinos continuaban festejando la recuperación de su soberanía, las autoridades serbias parecían resignarse a regañadientes al adiós de su hermano pequeño. Clamoroso fue el silencio del presidente serbio, Boris Tadic, y del primer ministro, Vojislav Kostunica, que dejaron para otros dirigentes las declaraciones. "Se debe respetar la voluntad de la mayoría de Montenegro", manifestó el ministro de Finanzas serbio, Mladjan Dinkic. Solo el ministro de Asuntos Exteriores de Serbia y Montenegro, Vuk Draskovic, "felicitó" a Montenegro por su "elección democrática".

LOS OTROS EXYUGOSLAVOS También felicitaron a Montenegro las exrepúblicas yugoslavas que desde 1991 escribieron los anteriores capítulos de la desintegración de Yugoslavia: Eslovenia, Croacia, Bosnia-Herzegovina y Macedonia. "Por voluntad de la mayoría de sus ciudadanos, Montenegro ha dado el paso hacia la independencia", subrayó el presidente croata, Stipe Mesic.

La Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE) certificó la validez del referendo que, según dijo, fue acorde a "las normas internacionales". El presidente en ejercicio de la OSCE, el ministro de Asuntos Exteriores belga, Karel de Gucht, animó a Belgrado y Podgorica a abrir un diálogo sobre sus futuras relaciones.

Pero el resultado no es fácil de digerir para todos. El bloque unionista proserbio de Montenegro forzó a la Comisión Electoral a posponer hasta hoy la publicación de los resultados definitivos, al exigir un recuento de los votos. Los unionistas trataron de sembrar la duda sobre el resultado del referendo al tiempo que la ciudad de Cetinje, capital histórica del Montenegro independiente, se prepara para grandes festejos hasta ahora.