"Mano dura. Mano dura". Evo Morales escuchó el grito de guerra desde una abarrotada plaza Murillo hasta el balcón del palacio Quemado. Pero en la madrugada de ayer se mostró conciliador. Con el 63% de los votos a favor de su permanencia en el cargo, el presidente reconoció la legitimidad de las autoridades regionales que lo desafían: "Hay que unir a los distintos sectores del campo y de la ciudad, de oriente y de occidente, y esa unidad se hará juntando la nueva Constitución Política del Estado boliviano con los estatutos autonómicos".

En el área urbana, el alcanzó el 72% de las adhesiones, mientras que en el sector rural, llegó al 95%. En El Alto, Morales fue ratificado con el 89% de los sufragios.