España considera que "todos los actores de la región deben jugar un papel importante" para conseguir detener las hostilidades en Oriente Próximo y con tal misión, el ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación, Miguel Angel Moratinos, llegó ayer a Damasco, donde se entrevistará hoy con su presidente, Bachar el Asad. Durante su escala de ayer en Beirut, donde entregó más de cuatro toneladas de ayuda humanitaria a las autoridades del Líbano, Moratinos declaró que era "prematuro" pensar en una posible contribución militar española a una fuerza de interposición en el sur libanés.

España pretende que Damasco utilice su influencia con la milicia chií prosiria de Hizbulá para que ponga fin al lanzamiento de katiuskas contra el norte israelí. "Hemos estado en contacto con todos los actores principales de esta crisis para evitar que la situación se degrade aún más; todas las operaciones militares deben detenerse", dijo Moratinos. La visita del ministro de Exteriores español a Siria ha sido realizada "en concertación con la presidencia de la Unión Europea y con el responsable de la política exterior europea, Javier Solana, según precisó el propio Moratinos en la capital libanesa.

"MOMENTO DE DOLOR" El titular de Exteriores constató con satisfacción que, pese a la ofensiva militar israelí, el Líbano permanece "unido" y los ataques no han sembrado la discordia entre las diferentes comunidades religiosas libanesas. "He venido a expresar la solidaridad del pueblo español con el pueblo libanés en este momento de dolor", dijo Miguel Angel Moratinos.

El dirigente español mantuvo reuniones en Beirut con sus homólogos egipcio, Alí Abul Gheit, y jordano, Abdelela al Jatif. Todos ellos asistieron a una reunión con el primer ministro libanés, Fuad Siniora, en la que elaboraron una estrategia conjunta para pedir a las autoridades de Siria que ejerzan la influencia que poseen con la milicia chií de Hizbulá.

A primera hora de la tarde, Moratinos voló a Chipre con 37 ciudadanos europeos que expresaron su voluntad de salir del Líbano.