El Kremlin reprochó ayer a Estados Unidos y a Gran Bretaña que mientras afirman luchar contra el terrorismo internacional ofrecen asilo político a los emisarios del líder independentista checheno, Aslán Masjadov. Moscú atribuye al presidente rebelde y al jefe guerrillero Shamil Basayev la tragedia ocurrida en la escuela de Beslán, en Osetia del Norte, el pasado día 3, en la que murieron al menos 336 rehenes.

El ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguei Lavrov declaró ayer a la radio La voz de Rusia y al diario Vremia Novosti que los gobiernos de Washington y Londres utilizan "dos pesos, dos medidas" para calibrar el alcance del fenómeno terrorista. Lavrov subrayó que el asilo ofrecido por el Reino Unido al portavoz de Masjadov, Ahmed Zakayev, "ensombrece considerablemente la unidad de la coalición antiterrorista". Sin embargo, Masjadov siempre ha negado tener relación con los atentados perpetrados fuera de Chechenia.

ATAQUES PREVENTIVOS Por otra parte, el politólogo Boris Kagarlitski afirma que, en relación con los ataques preventivos fuera del país, "Rusia se propone actuar como Estados Unidos" y golpear al terrorismo allí donde se encuentre, "pero la incoherencia entre los objetivos proclamados por Moscú y sus posibilidades resultan evidentes". Para Viktor Kremeniuk, experto del Instituto EEUU-Canadá, "mientras EEUU cuenta con medios ultramodernos nuestras fuerzas carecen de dinero para comprar keroseno".

DIVISION POLITICA La tragedia de Beslán ha dividido a la clase política rusa entre quienes exigen responsabilidades al Gobierno y los partidarios de dar carta blanca al Kremlin en la guerra contra el terrorismo. Las peticiones de destitución del Gobierno no han encontrado el más mínimo eco. El próximo lunes, Putin se reunirá con sus ministros y con los jefes de las 89 entidades federadas de Rusia, en una convocatoria extraordinaria.