El suministro de gas natural ruso a los países de Europa occidental volvió ayer a los niveles habituales, aunque la empresa estatal Gazprom volvió a acusar a Ucrania de robar el carburante con destino a Europa y advirtió de que si los robos continúan no podrá garantizar el abastecimiento. Kiev aseguró que Moscú miente y explicó que lo único que hace es utilizar gas turcomano expedido vía Rusia. En este contexto se celebró ayer la reunión entre responsables ucranianos y rusos para atajar la crisis.

Francia, Alemania, Italia y otros seis países europeos que el lunes recibieron menos gas ruso que de costumbre anunciaron ayer que el suministro ha vuelto a la normalidad, y la UE deshizo el magro camino andado ese día por el alto representante de política exterior, Javier Solana, anunciando que no mediará en el conflicto. "La solución debe ser un asunto bilateral", declaró el ministro austriaco de Economía y presidente del Consejo Europeo de Ministros de Energía, Martin Bartenstein.

El portavoz de Gazprom, Serguei Kupriyanov, aseguró ayer que Ucrania robó entre el lunes y el martes 213,5 millones de metros cúbicos de gas ruso destinado a Europa. Ese volumen de carburante tiene un precio de mercado de 50 millones de dólares (casi 42 millones de euros).

YUSCHENKO, DE VACACIONES Kiev, sin embargo, afirma que ese carburante llega vía Rusia pero forma parte de acuerdos firmados con Turkmenistán. Si esta guerra supone un pésimo prólogo cara a la reanudación de las negociaciones, el Kremlin dejó claro que no piensa ceder un ápice y que no planea bajar el gas, origen de la disputa que el domingo se materializó en la decisión de Moscú de cerrar la llave de paso hacia Ucrania. El presidente de este país, Victor Yuschenko, emitió ayer una señal nítida en el sentido de que este conflicto puede resolverse sin su presencia: cogió sus maletas y se fue de vacaciones.

Si la conjura de una posible crisis energética permitió ayer a Europa respirar con alivio, no la distrajo de lo que el conflicto ha puesto de manifiesto: la dependencia excesiva del gas ruso. Polonia tomó la delantera y ayer anunció que ha empezado a negociar con países nórdicos y de Asia Central para firmar nuevos contratos de suministro de gas.

La Comisión Europea ha convocado para hoy una cumbre de expertos con el fin de analizar los alcances del conflicto entre Kiev y Moscú. Países como Argelia han hecho ofertas concretas sobre gas licuado.