El 77% de los electores egipcios no acudieron a las urnas en las polémicas elecciones presidenciales celebradas el miércoles en Egipto y que, como era previsible, ganó holgadamente el actual presidente, Hosni Mubarak, con el 88,6% de los votos. Los resultados oficiales hechos públicos ayer por la Comisión Electoral sitúan en segundo lugar, con el 7,3% de los votos, a Ayman Nur, el candidato más díscolo de los nueve que se midieron con Mubarak.

La baja participación se ajusta a las estimaciones que hicieron los observadores independientes en la jornada electoral, y responde a la apatía de la población en unos comicios cuyo ganador se sabía de antemano.