Hacía cinco años que Hosni Mubarak no pisaba la Casa Blanca, tras un época de distanciamiento con la Administración de George Bush. Ayer, el mandatario egipcio volvió a Washington, confirmando el giro en la relación bilateral y selló su tercer encuentro en otros tantos meses con Barack Obama. Pero en el tema central de las conversaciones, el conflicto palestino-israelí, sigue habiendo diferencias.

Obama destacó que se van dando pasos "en la dirección adecuada" en el crucial asunto de los asentamientos --cuya petición de congelación ha enfrentado a su Administración con Israel--. "Si todas las partes están dispuestas a abandonar el anquilosamiento en que nos encontramos, hay una extraordinaria oportunidad de progresar, pero no estamos en ese punto aún", reconoció Obama, que apuesta porque los países árabes adopten un papel más activo en el proceso de paz y los protagonistas tomen "riesgos" para hacerlo avanzar.

Mubarak apuntó que debe haber primero un diálogo entre israelís y palestinos y denunció que es demasiado tarde para que Israel plantee "soluciones temporales".