El presidente egipcio, Hosni Mubarak, eligió una cuidada escenografía --un discurso en su escuela infantil en el pueblo del delta del Nilo, Shibin el Kom, donde nació-- para efectuar un anuncio más que esperado: que en las elecciones del próximo 7 de septiembre optará a su quinto mandato como presidente, aunque sin rivales de su talla. En un discurso en el que no mencionó los atentados de Sharm al Sheij, Mubarak prometió sustituir la actual ley de emergencia por una ley global antiterrorista.

Serán las del 7 de septiembre las primeras elecciones presidenciales egipcias en las que concurra más de un candidato, tras la reforma que anuló el sistema de elección por referendo con un solo candidato. En su discurso de ayer, Mubarak, de 77 años, enumeró las reformas que planea llevar a cabo, como reducir los poderes presidenciales y reforzar el papel del Gobierno.

Sin embargo, el presidente egipcio no precisó cuándo acabará con la ley de emergencia, vigente desde el asesinato de Anuar el Sadat en 1981, fecha en la que Mubarak alcanzó el poder. Esta ley, considerada por la oposición como el principal obstáculo para la democracia, permite mantener en prisión a sospechosos sin cargos por tiempo indefinido y limita el derecho de reunión. Mubarak defendió esta ley por haber dado estabilidad a Egipto, pero precisó que ha llegado el momento de sustituirla por "una ley integral contra el terrorismo".

ESCEPTICISMO Para la oposición, las promesas de Mubarak tienen escaso valor. "No confiamos en las palabras, sino en los hechos", dijo Mohamed Habib, número dos de los Hermanos Musulmanes. "Todo esto no son más que bonitas palabras. Mubarak no quiere auténticas reformas democráticas", manifestó Hisham Kassem, presidente de la Organización Egipcia por los Derechos Humanos. La mayoría de la oposición ya ha anunciado que boicoteará las elecciones.

De hecho, no está previsto que Mubarak se enfrente a un candidato de peso. Las estrictas reglas electorales impiden al principal grupo opositor, los islamistas Hermanos Musulmanes, concurrir a las urnas. El movimiento Basta --una amalgama de izquierdistas, panarabistas e islamistas moderados-- también boicoteará las elecciones, por lo que como único oponente queda el partido liberal Ghad (Mañana), cuyo líder, Ayman Nour, está procesado por falsificación.

Como colofón, Mubarak convocó una cumbre de la Liga Arabe para el 3 de agosto en Sharm al Sheij, escenario de los atentados del pasado sábado. Según Mubarak, los países árabes deben formular una postura común ante "los preocupantes acontecimientos en la zona".