Ocultó durante más de 30 años, incluso a los miembros de su círculo familiar más íntimo, el papel fundamental que jugó en la forzada dimisión del entonces presidente de Estados Unidos, Richard Nixon. Sin poder dar a conocer su identidad, recibió el apodo de Garganta Profunda. Se trata de Mark Felt, exdirector adjunto del FBI y el informador que, desde las sombras de un párking subterráneo, guió al periodista de The Washington Post Bob Woodward en sus pesquisas durante el escándalo del caso Watergate. Felt falleció ayer a los 95 años de edad, víctima de un paro cardiaco, en Santa Rosa.

Calificado por The New York Times como la "fuente anónima más famosa de la historia de EEUU", Felt accedió a revelar su identidad en un artículo escrito por su abogado y publicado por la revista Vanity Fair en el 2005. "Soy la persona a la que solían llamar Garganta Profunda ", reveló entonces Felt al juez John O´Connor. Fue el final de una larga cadena especulativa que llegó a apuntar a personajes como Alexander Haig, que en aquellos días era el jefe de personal de la Casa Blanca, y a Fred Fielding, asesor del presidente. Pero tanto Woodward como su compañero Carl Bernstein habían jurado no destapar a su fuente hasta su muerte. La ayuda de Felt permitió poner al descubierto la implicación de Nixon y su entorno en la tentativa de colocar micrófonos en los cuarteles electorales del Partido Demócrata, en el edificio Watergate de Washington.

AGENTES DETENIDOS La historia comenzó cuando Woodward telefoneó a Felt tras salir a la luz la detención de varios desconocidos, con aspecto de agentes, cuando entraban ilegalmente en las oficinas del Comité Nacional Demócrata en el complejo Watergate. "Es un momento en el que una fuente de información o un amigo en las agencias de investigación del Gobierno adquiere mucho valor", escribió Woodward en The Washington Post .

"Llamé a Felt al FBI; sería nuestra primera conversación acerca del Watergate", explicó Woodward. Felt le respondió diciendo que el caso Watergate iba a "calentarse", antes de colgar de forma abrupta. Felt y Woodward se reunieron periódicamente en un garaje, unos encuentros secretos en los que Felt corroboraba las informaciones obtenidas por Woodward y Bernstein.