El misterio que rodeó el inesperado fallecimiento del presidente del Parlamento danés, el conservador Ivar Hansen, se ha convertido en la comidilla nacional. La ministra de Agricultura, Mariann Fischer-Boel, sorprendió al informar el martes por la noche, través de la página web de su ministerio, que Hansen, de 64 años y casado, falleció en la madrugada del lunes al martes en su domicilio de Copenhague.

El político, que padecía del corazón, murió a causa de una embolia pulmonar. La misma Fischer-Boel llamó a una ambulancia transcurridos 20 minutos de la una de la madrugada. Todas estas circunstancias no hubieran tenido tanta trascendencia si la ministra no hubiera añadido que ambos mantenían "una cercana y amistosa relación".