"La tortura continúa siendo una práctica generalizada en las cárceles provinciales", advierte el informe, a cuya síntesis tuvo acceso Efe, del Comité de la Tortura de la Comisión por la Memoria, un organismo creado en 2000. En el medio centenar de cárceles de la provincia de Buenos Aires fallecieron el año pasado 112 detenidos -once más que los 101 de 2007- y en el 41 por ciento de los casos fue a consecuencia de peleas o heridas de arma blanca, suicidios por ahorcamiento, electrocución y asesinatos.

"Los palazos, las golpizas, la picana eléctrica, los traslados constantes, las duchas de agua helada y el aislamiento como castigo constituyen un muestrario de prácticas vigentes en las cárceles provinciales", subraya el informe. El 57 por ciento de los decesos fueron evitables porque fueron consecuencia de enfermedades que podrían haberse curado, asegura. El informe fue entregado este miércoles a la Suprema Corte de Justicia bonaerense y al ministro de Justicia de la provincia, Ricardo Casal, quien lo criticó con dureza al sostener que "la gente de la comisión hace política con todo esto".

"El documento carece de rigurosidad académica, es pobre. Hay que tener en cuenta que si hay violencia en la sociedad, estando en la cárcel los presos se vuelven más violentos y duros. Por eso estamos desarrollando un programa de mediación carcelaria, que funcionó bien en Canadá, para mejorar la convivencia de los internos", declaró Casal al diario La Nación. Tras manifestar que "hay un sólo caso de picana eléctrica que data de hace siete años", Casal indicó que "este gobierno es democrático y humanista y no permitirá ningún acto de tortura", por lo que "es un disparate decir que se tortura en los penales".

De acuerdo con el reporte de la Comisión por la Memoria, en marzo de 2008 la población carcelaria en territorio bonaerense ascendía a 21.104 detenidos, cifra que creció a 24.180 en el mismo mes de este año. También da cuenta de un total de 7.027 hechos de violencia en el último año, un promedio de 585 hechos mensuales o casi 20 diarios, de los cuales los más comunes fueron las riñas entre internos, las autolesiones, agresiones al personal penitenciario e intentos de suicidio. Cerca del 70 por ciento de los detenidos en cárceles bonaerenses están en condición de procesados, sin sentencia firme por los delitos que se les imputa.

El año pasado la Procuración Penitenciaria de Argentina, el organismo de defensa de los derechos de los reclusos, había denunciado en un informe que el 63,4 por ciento de los presos en las cárceles del país sufrió distintos tipos de agresiones físicas. Los datos surgieron de una encuesta efectuada en el segundo semestre de 2007 entre 939 detenidos que en ese momento representaban el 10 por ciento de la población del sistema penitenciario argentino.