Richard Holbrooke, un "gigante de la política exterior" en palabras de Barack Obama, murió el lunes a los 69 años después de que se le desgarrara la aorta.

Su fallecimiento ha teñido de luto Washington y la comunidad internacional, donde Holbrooke ha sido diplomático relevante durante más de cuatro décadas en conflictos como el de Vietnam y, sobre todo, los Balcanes, para el que gestó los acuerdos de Dayton (Ohio). Nunca tuvo reparos en "negociar con gente que hace cosas inmorales" y es famosa la frase que resume su filosofía ante esas "difíciles" negociaciones: "Si puedes evitar la muerte de gente aún viva no haces ninguna afrenta a los ya muertos por intentarlo", escribió en sus memorias, To end a war .

La última posición de Holbrooke fue la de representante especial de Obama para Afganistán y Pakistán (no enviado, pues logró que el presidente, además de como emisario, le diera responsabilidades en operaciones civiles).

INCOGNITAS Y su muerte deja ahora interrogantes en la misión Af-Pak, un apelativo que él le dio para marcar distancias con la estrategia de George Bush y subrayar la necesidad de vincular las actuaciones en ambos países.

Deja también un vacío en la diplomacia estadounidense, en la que Holbrooke ha dejado huella con su estilo tan agresivo como efectivo, donde unos veían brillantez y otros arrogancia.