El accidente de un vehículo militar estadounidense en Kabul, que acabó con la vida de cinco civiles, encendió la mecha. Cientos de personas se lanzaron a las calles de la capital afgana para expresar su rechazo a las tropas extranjeras y al presidente del país, Hamid Karzai. Los violentos disturbios, que se extendieron por gran parte de la ciudad, se saldaron con la muerte de al menos otras ocho personas. Otro centenar de afganos resultaron heridos. Las autoridades decretaron el toque de queda.

El vehículo accidentado formaba parte de un convoy militar que circulaba por el norte de Kabul. Según el Ejército estadounidense, el conductor perdió el control del blindado debido a un fallo técnico, y embistió al menos a una docena de turismos. Poco después, centenares de vecinos apedrearon el convoy, al grito de "¡Muerte a América!".

Uno de los blindados disparó al aire para dispersar a la multitud, según el Ejército estadounidense. Unidades de la policía afgana, que acudieron a apoyar a los soldados de EEUU, utilizaron sus armas. Algunos testigos acusaron a los militares y a los agentes de disparar contra los manifestantes. Las protestas de extendieron poco después al centro de la ciudad. Algunos manifestantes se dirigieron al complejo que acoge el palacio presidencial, otros al Parlamento. También hubo disturbios frente a la embajada de EEUU y junto al hospital donde fueron ingresados los heridos.

LLAMAMIENTO DE KARZAI Ante la gravedad de la situación, el presidente, Hamid Karzai, hizo un llamamiento a la calma. "Os debéis levantar contra estos agitadores y no permitirles que destruyan vuestro país otra vez", dijo Karzai a la nación.

Los disturbios de ayer en Kabul, los más graves desde la caída del régimen talibán a finales del 2001, coincidieron con una ofensiva aérea del Ejército de EEUU en el sur del país. Según EEUU, al menos 50 talibanes murieron.