En la primera acción de estas características en la Intifada, tres ciudadanos estadounidenses fueron asesinados ayer en la franja de Gaza cuando una potente bomba activada por control remoto explotó al paso de un convoy de tres vehículos de la embajada norteamericana en Israel. Según fuentes del Departamento de Estado de EEUU, las tres víctimas eran guardias de seguridad de esa sede diplomática, situada en Tel-Aviv. En la primera reacción, Washington recomendó a todos sus ciudadanos que abandonen la franja.

Sobre las 10.30 de la mañana, una bomba estalló bajo el segundo coche estadounidense del convoy en la carretera de Salahadin en las afueras de Beit Lahia, justo tras cruzar el paso fronterizo de Erez, al norte de la franja de Gaza. A causa de la explosión, los tres guardas murieron y un cuarto ciudadano de EEUU resultó herido grave. En el convoy viajaba personal diplomático que iba a entrevistarse con palestinos candidatos a conseguir una beca Fulbright en Estados Unidos.

EMPRESA PRIVADA

EEUU desmintió que los tres fallecidos pertenecieran a alguna agencia gubernamental, y afirmó que trabajaban para una empresa privada de seguridad. La explosión fue tan potente que convirtió el blindado en un amasijo de hierros y restos humanos, que fueron esparcidos en varios metros a la redonda. Un cable hallado en el lugar podría haber sido utilizado para activar la bomba.

Poco después de la explosión, el Ejército israelí envió tanques a la zona --cuya seguridad es competencia de la Autoridad Nacional Palestina (ANP)-- para ayudar al personal estadounidense en la evacuación. Más tarde, varios niños palestinos lanzaron piedras contra investigadores estadounidenses que tomaban fotografías del escenario del ataque, hasta que la policía palestina los dispersó con disparos al aire.

El ataque no fue asumido por ningún grupo de la resistencia palestina, e incluso Hamas y la Yihad Islámica se apresuraron a desmarcarse y afirmaron que su enemigo sólo es Israel. A pesar de que EEUU es considerado un socio fiel de Israel, es la primera vez que los grupos de la resistencia palestina matan diplomáticos de Washington, aunque un ataque muy similar tuvo lugar en la misma franja de Gaza hace tres meses, sin causar víctimas.

En una rueda de prensa en Tel- Aviv, el embajador de EEUU en Israel, Daniel Kurzer, pidió al presidente palestino, Yasir Arafat, que detenga a los autores del ataque. Kurzer declaró que su Gobierno seguirá apoyando el proceso de paz y anunció que un equipo del FBI se desplazará a la región para investigar el ataque. Además, Kurzer recomendó a los ciudadanos de EEUU que viven en la franja de Gaza que la abandonen. Se trata, según el propio embajador, de varios centenares de estadounidenses, ya sean palestinos-estadounidenses o trabajadores de organizaciones internacionales.

CONDENA DE LA ANP

La ANP condenó enérgicamente el atentado y su primer ministro, Ahmed Qurei, alias Abú Alá , expresó por teléfono al secretario de Estado de EEUU, Colin Powell, sus condolencias. "Condenamos con dureza la explosión del norte de la franja de Gaza", dijo Abú Alá, mientras que Arafat ordenó iniciar una investigación para "encontrar a los autores de este horrible crimen".

Israel, por su parte, también expresó su pesar a EEUU y aprovechó para acusar a la ANP de no hacer nada para luchar contra los grupos armados. "Nadie es inmune al terrorismo palestino", dijo un portavoz del primer ministro israelí, Ariel Sharon.