Las fuerzas norteamericanas de ocupación tuvieron ayer otra jornada catastrófica en Irak. Un helicóptero Black Hawk fue derribado cerca de Tikrit, a unos 175 kilómetros al norte de Bagdad, la ciudad natal del derrocado presidente iraquí, Sadam Husein, y uno de los feudos de la guerrilla. Los seis militares estadounidenses que viajaban en el aparato perdieron la vida. Se trata del segundo incidente de estas características en menos de una semana.

El helicóptero se estrelló a las nueve de la mañana a orillas del río Tigris. Un portavoz oficial del Ejército de EEUU, el mayor Josslyn Aberle, afirmó que aún se desconoce si el aparato cayó "a causa de un fallo mecánico" o por fuego hostil, pero algunos soldados estacionados en la base militar norteamericana en Tikrit, a un kilómetro del lugar del incidente, señalaron que fue alcanzado por un lanzagranadas. Los soldados dijeron también que habían oído dos explosiones. Tras estrellarse, el aparato quedó envuelto en llamas. Las autoridades militares han abierto una investigación.

NUEVA ACCION EN SOLO 5 DIAS

Este nuevo ataque se produjo sólo cinco días después de que 15 soldados de EEUU murieran, el pasado domingo, cuando la resistencia abatió otro helicóptero norteamericano, un Chinook CH-47, en las cercanías de Faluya, a 60 kilómetros de Bagdad y en el denominado triángulo suní --en el que también está situado Tikrit-- y donde se han producido la mayoría de los ataques contra las fuerzas ocupantes.

El pasado 25 de octubre, otro Black Hawk --un helicóptero más pequeño y más rápido que el Chinook, diseñado para transportar a un máximo de 15 personas-- fue abatido también cerca de Tikrit, pero sus ocupantes lograron escapar.

EMBOSCADA EN MOSUL

También ayer, pocas horas antes del derribo del helicóptero, otro soldado norteamericano perdió la vida y siete más resultaron heridos cuando el convoy en el que viajaban fue objeto de una emboscada en la ciudad de Mosul, en el norte del país.