El tren de la amistad , símbolo de la incipiente distensión entre la India y Pakistán, se convirtió la medianoche del domingo en el tren del horror. Al menos 67 personas murieron y otras 80 resultaron heridas al estallar dos artefactos incendiarios que unos terroristas habían colocado en dos vagones. La tragedia, que se produjo a unos 80 kilómetros al norte de Nueva Delhi, la capital india, pudo haber sido aún mayor: tres bombas más, escondidas en otros tantos furgones, no llegaron a estallar.

El Gobierno indio y fuentes diplomáticas occidentales interpretaron el ataque como un intento de frenar el acercamiento de la India y Pakistán después de que ambas potencias nucleares estuvieran a las puertas de la guerra en el 2002. Los dos gobiernos condenaron la masacre.

Bolas de fuego El infierno se abatió sobre los pasajeros del tren cinco minutos antes de la medianoche. El Samjhauta Express une sin paradas Nueva Delhi con Atari, en la frontera paquistaní, donde enlaza con otro convoy hasta Lahore, en el norte de Pakistán. Con unos 600 viajeros a bordo, había salido de la estación de Delhi a las 22.40 horas. Una hora y cuarto después, estallaron los artefactos. Eran de escasa potencia, pero al llevar adosadas botellas de queroseno, convirtieron dos de los vagones en bolas de fuego.

Tras la explosión, el tren siguió circulando unos kilómetros. Las víctimas murieron abrasadas por las llamas o asfixiadas por el humo. La mayoría de los fallecidos eran paquistanís.

Tren simbólico El Samjhauta Express es uno de los símbolos del proceso de distensión entre la India y Pakistán. Inaugurada en 1976 con un trayecto mucho más corto pero que atravesaba la frontera, esta ruta férrea quedó suspendida en el 2002, tras el atentado contra el Parlamento indio que Nueva Delhi atribuyó a Pakistán y que colocó a ambos países al borde de la guerra. En aquellas fechas, informes del Gobierno indio citados por fuentes diplomáticas occidentales cifraban en 30 millones de muertos el límite "aceptable" en un hipotético enfrentamiento nuclear entre ambos países. Cálculos británicos elevaban a 300 millones la previsión mortal.

Expertos occidentales interpretaban ayer que el ataque es obra de grupos radicales islamistas con base en Pakistán, posiblemente vinculados al conflicto de Cachemira, que se sienten acosados por el mismo Gobierno paquistaní que antaño los estimulaba, y doblemente amenazados por la posibilidad de que cuaje el proceso de acercamiento.

Esas fuentes destacaron la coincidencia con la visita que el ministro paquistaní de Exteriores hará hoy a la India para seguir la negociación sobre la distensión. El presidente de Pakistán, general Pervez Musharraf, dijo que el atentado no afectará al proceso de paz.