Dos muertos, 70 heridos, entre policías y civiles y casi 100 detenidos. Este es el saldo dos días después de que se decretara en Perú el estado de emergencia y de que las Fuerzas Armadas se hicieran cargo del control interno del país para frenar la ola de huelgas y protestas que reclaman un aumento salarial inferior a 30 euros. La muerte ayer de dos estudiantes en Puno, al sur del país, tras un violento enfrentamiento entre manifestantes y militares, aumentó el temor a que la crisis acabe en estado de sitio.

El incidente se produjo cuando los militares dispararon contra unos estudiantes que habían tomado la Universidad de Puno --escenario de las movilizaciones más importantes contra Alberto Fujimori y donde el actual presidente, Alejandro Toledo, tuvo más apoyo al ser elegido--. Aparte de los dos muertos, 25 personas fueron heridas por las balas.

Según el ministro de Defensa, Aurelio Loret de Mola, las fuerzas del orden actuaron "con responsabilidad" y lograron desbloquear los 64 puntos de carretera tomados por los huelguistas. Pero pese al fuerte despliegue militar, las ciudades de Arequipa, Tacna y Puno siguieron siendo sacudidas por incidentes. "Se acabó el miedo", gritaron los manifestantes.

El estado de emergencia decretado por 30 días deja en suspenso las reuniones públicas y otras garantías constitucionales, como el libre tránsito. Tras su decreto, algunos sectores sindicales levantaron las medidas de fuerza buscando pactar con las autoridades.